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El ensayo actual

El ensayo para todos los gustos

Hoy día, como ha ocurrido en toda la Literatura, el ensayo se ha convertido en un producto comercial del mercado editorial. Por ello, la especialización con que se escribe para un sinfín de temas y públicos diversos es notoria. Dicho de otra manera: hay ensayos para todos los gustos, al igual que películas o ropa. Y, no solo eso, cada estilo se ha depurado enormemente en su técnica y su forma.

Todos los años encontramos novedades de este género en las estanterías de las librerías. Se venden como lecturas predilectas de un público considerable, ya sean escritas en español o traducidas de otras lenguas.

A modo de ejemplo, te dejamos abajo dos fragmentos de autores españoles jóvenes que han publicado ensayos de mucho éxito en los últimos años.

Fotografía de Irene Vallejo
Wikimedia Commons/ Santiago Basallo. Irene Vallejo (CC BY-SA)

En el mundo clásico, la legendaria historia de los esfuerzos, viajes, penalidades para llenar los estantes de la antigua y prodigiosa Biblioteca de Alejandría resulta atractiva por su exotismo. Son acontecimientos extraños, aventuras, como las fabulosas navegaciones a las Indias en busca de especias. Aquí y ahora, los libros son tan comunes, tan desprovistos del aura de novedad tecnológica, que abundan los profetas de su desaparición. Cada cierto tiempo leo con desconsuelo artículos periodísticos que vaticinan la extinción de los libros, sustituidos por dispositivos electrónicos y derrotados frente a las inmensas posibilidades de ocio. Los más agoreros pretenden que estamos al borde de un fin de época, de un verdadero apocalipsis de librerías echando el cierre y bibliotecas deshabitadas. Parecen insinuar que muy pronto los libros se exhibirán en las vitrinas de los museos etnológicos, cerca de las puntas de lanza prehistóricas. Con esas imágenes grabadas en la imaginación, paseo la mirada por mis filas interminables de libros y las hileras de discos de vinilo, preguntándome si un viejo mundo entrañable está a punto de desaparecer.

¿Estamos seguros?

El libro ha superado la prueba del tiempo, ha demostrado ser un corredor de fondo. Cada vez que hemos despertado del sueño de nuestras revoluciones o de la pesadilla de nuestras catástrofes humanas, el libro seguía ahí. Como dice Umberto Eco, pertenece a la misma categoría que la cuchara, el martillo, la rueda o las tijeras. Una vez inventados, no se puede hacer nada mejor. [...]

Irene Vallejo. Texto adaptado de El infinito en un junco, 2019

Fotografía de Sergio del Molino
Flickr/ Donostia Kultura. Sergio del Molino (CC BY-SA)

Pero ni los cervantistas más finos y persistentes consiguen frenar a quienes, siguiendo el ejemplo de Heinrich Schliemann con las ruinas de Troya, están convencidos de encontrar en los pueblos de La Mancha pruebas arqueológicas y documentales de la verdad del Quijote. A los ojos de un lector medio que comprende los mecanismos de la ficción y de la literatura, todas estas doctrinas y proyectos pueden ser ingenuas o groseras. Nada espanta más a un buen lector que la literalidad. Es lógico que Cervantes, como cualquier otro escritor, se basara en sus conocimientos y experiencias para escribir su novela, pero no pintó al natural. Es posible que jamás pisara algunos de los escenarios del libro y que escribiese sobre ellos de oídas y de segundas, con la licencia que otorga siempre la literatura y que los buenos lectores conceden con gusto. Sin embargo, yerran los cervantistas oficiales al ridiculizar con demasiado énfasis estos empeños (a menudo, financiados por instituciones públicas y patronatos de turismo, deseosos de colocar en sus pueblos placas conmemorativas de episodios de la novela). No entienden que los habitantes de la España vacía necesitan una confirmación continua y actualizada de sus mitos. Los cervantistas se centran en el texto y obvian el contexto de un libro que trasciende con mucho los márgenes de la literatura y que hace tiempo que devino seña de identidad y razón de ser para una parte extensa de la meseta sur ibérica. Hay un sustrato religioso, en tanto que mito fundacional, que la filología moderna, como buena ciencia descreída, desprecia, pero que tiene mucha importancia en la configuración y la autoestima de unas sociedades frágiles que se perciben a sí mismas como insignificantes y marginadas. Francisco Rico, Martín de Riquer y toda la élite del cervantismo hacen muy bien su trabajo, pero me pregunto, con Azorín, si don Cándido merece que le den tantos disgustos. Así como los nietos ateos dejan a su abuela bendecir la mesa y rezar un poco en la cena de Nochebuena, aunque se burlen de ella a escondidas, quizá sería saludable y digno dejar que los manchegos crean que los molinos de Campo de Criptana son los que salen en la novela, que las gentes del Moncayo sigan estremeciéndose con leyendas de brujas y que los turolenses se emocionen con sus amantes. Es condescendiente, pero un poco de condescendencia es preferible a la altanería del nieto que le dice a la abuela que no pierda el tiempo rezando, porque Dios no existe. [...]

Sergio del Molino. Fragmento de La España vacía, 2016


Y cerramos preguntándote ¿qué ensayo habrá en la biblioteca de tu barrio, en la estantería de tu casa o en una librería chula que pueda interesarte a ti?

Nuestra lengua

Los hispanohablantes tenemos el enorme privilegio de formar parte de una comunidad lingüística gigante, enriquecida por visiones y culturas muy variadas. Confluimos todos en esa casa común que es nuestra lengua y así podemos intercambiar ideas y entendernos con cientos de millones de personas. Aquí puedes descargar en archivo editable y PDF un texto escrito por el gran escritor y premio Nobel mexicano Octavio Paz. Léelo y contesta las preguntas que se proponen.

Actividad sobre "Nuestra lengua"Teresa A. Garcillán. Actividad sobre "Nuestra lengua" (CC-BY-SA)