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La exposición: Concepto y rasgos lingüísticos

¿Para qué nos sirve saber "exponer"?

La exposición es el género discursivo o tipo de texto ideal cuando nuestro objetivo es transmitir información o conocimientos de forma objetiva, clara y eficaz.

Una persona hace y expone un mapa mental en una pizarra.
Pixabay/ geralt. Enseñar (Pixabay License)

¿En qué situaciones necesitamos o queremos transmitir información de manera clara, objetiva y eficaz? Por ejemplo, para lo siguiente:

  • contestar una pregunta de examen en la que desarrollar un tema;
  • escribir un libro de texto;
  • dar una conferencia o hacer una exposición oral;
  • elaborar una crónica informativa de algún suceso;
  • presentar los hechos en una demanda, etc.

Atención: es importante distinguir los textos expositivos de los argumentativos, pero a veces no resulta sencillo, puesto que las buenas argumentaciones frecuentemente exponen hechos objetivos contrastables que avalan su tesis. Entonces, ¿cuál es la principal diferencia entre ambos? Sin duda, la intención comunicativa: los textos expositivos pretenden difundir información veraz y objetiva, sin transmitir la opinión personal del emisor; por el contrario, los textos argumentativos, por muy objetivos que sean o parezcan, siempre buscan convencer al interlocutor de la postura de su autor.

Rasgos lingüísticos

Para lograr el objetivo de difundir información o conocimientos (hechos, ideas, conceptos) de forma clara y objetiva, podemos deducir fácilmente algunos de los rasgos más característicos de los textos expositivos. Pincha en el desplegable de abajo para ver cada rasgo en detalle.

Extensión variable pero con estructura ordenada

Diagrama arbóreo
Pixabay/ fumingli. Diagrama (Pixabay License)


Un texto expositivo completo puede ser un breve párrafo o un manual de cientos de páginas: la extensión es un rasgo absolutamente variable en ellos. Sin embargo, para lograr claridad en nuestra exposición, será fundamental que su estructura sea coherente y ordenada. Como en cualquier texto, de forma amplia y general, lo organizaremos con una introducción al tema seguido del desarrollo de las ideas y cerraremos con una conclusión o síntesis. Claves:

  • Introducción: con el inicio de una exposición debemos dejarle claro al interlocutor de qué tema vamos a hablar y, en la medida que podamos, hacerlo de tal forma que captemos su atención. Veamos un ejemplo perfectamente aceptable de introducción: “España es un país del sur de Europa cuyo territorio tiene una variada geografía tanto física como política”. Ahora veamos otro ejemplo igualmente aceptable, pero más interesante: “Aunque España es un país europeo ¿habías reparado en qué parte de su territorio está en África? Así lo constatamos al estudiar su geografía física y política”.
  • Desarrollo: vamos a desarrollar los conceptos del tema con el nivel de detalle apropiado para lo requerido. Dependiendo de la naturaleza de la información que queramos exponer, nos convendrá un determinado tipo de orden o jerarquía. Por ejemplo, si presentamos hechos históricos, seguramente el desarrollo cronológico será óptimo; si escribimos sobre la taxonomía de los seres vivos, entonces trabajaremos una determinada jerarquía de los contenidos; al hablar de una crisis social concreta, quizá sea útil organizar la información en una secuencia de causa-efecto o exponer el problema y sus posibles soluciones... Otros esquemas pueden ser simples enumeraciones, comparaciones o descripciones. En cualquier caso, será sumamente útil emplear epígrafes, tablas, gráficos, listas, ejemplos, ilustraciones o cualquier otro recurso que enriquezca la información y la presente con orden y claridad.
  • Conclusión: la forma del cierre de nuestro texto dependerá mucho de su contenido pero, en términos generales, es importante que contenga una recapitulación y síntesis de las ideas principales, así como posibles conclusiones que se deriven de ellas de forma objetiva.

A VER SI LO HEMOS ENTENDIDO...

Busca los siguientes artículos en Wikipedia, observa los epígrafes en los que han sido organizados y analiza el tipo de orden o jerarquía que emplean para exponer la información sobre ellos (cronológico, causa-efecto, etc.). ¡Ojo! No se te pide que leas los artículos, sino seas capaz de analizar el sistema de organización de la información a través de su índice de contenidos.

Objetividad y lenguaje denotativo

Cuando queremos ser objetivos o, al menos, parecerlo, intentamos borrar a nuestro “yo” del texto. Así, en lugar de decir frases como “la profesora de Lengua me cae fatal”, procuramos formular otras que no parezcan tan nuestras: “todo el mundo piensa que la profesora de Lengua es antipática” o “en el instituto siempre se dice que la de Lengua es antipática”. Bromas aparte, la exposición se debe utilizar para difundir conocimientos objetivos y, por tanto, deben ser verdades que no dependan en absoluto de la opinión del emisor. Por ello, este debe desaparecer del texto. ¿Cómo? Fundamentalmente cumpliendo tres reglas:

  • Evitar el uso de la subjetivísima primera persona y, en su lugar, utilizar la tercera persona o, directamente, fórmulas impersonales: se estima que uno de cada tres...; hay gran variedad de…; es habitual encontrar…
  • Evitar cualquier tipo de expresión valorativa, ciñéndose a describir hechos y verdades tal y como son. Por ejemplo, en lugar de “la COVID-19 es una maldita enfermedad horrible” diremos “la COVID-19 es una enfermedad infecciosa causada por un tipo de coronavirus descubierto recientemente”.
  • En relación con el punto anterior, agregaremos que, en general, en la exposición debemos emplear sobre todo lenguaje denotativo, no connotativo. El lenguaje connotativo, cargado de valores metafóricos y de efectividad retórica, está presente continuamente en nuestra vida; es útil para transmitir emociones y sentimientos, para dar nuestra visión de las cosas y convencer, es decir, para impactar en los demás con fuerza expresiva. Cuando queremos exponer objetivamente unos contenidos, sin embargo, nuestro propósito es ser claros y ceñirnos a la verdad, por lo que buscaremos palabras que se ajusten de la forma más precisa a las realidades de las que estamos hablando. 
Un pelícano de juguete con gafas lee un diccionario
Pixabay/MonikaP. El dardo en la palabra (Pixabay License)

Observa:

A continuación lee el párrafo con el que Wikipedia presenta su artículo* sobre la tragedia lorquiana Bodas de Sangre, una de las obras de teatro español más importantes y mejor valoradas a nivel mundial. ¿Estamos ante un texto expositivo que busca objetividad y emplea lenguaje denotativo o, por el contrario, observamos opinión y subjetividad?

Bodas de sangre es una tragedia en verso y en prosa del escritor español Federico García Lorca escrita en el año 1931.​ Se estrenó el 8 de marzo de 1933 en el Teatro Beatriz de Madrid por la Compañía de Josefina Díaz y Manuel Collado y escenografía de Santiago Ontañón; en 1938 fue llevada al cine por Edmundo Guibourg, protagonizada por la musa lorquiana Margarita Xirgu.

* (https://es.wikipedia.org/wiki/Bodas_de_sangre; edición del 29 de marzo de 2021, 20:03 horas)

Ahora prueba tú:

Haz una descripción objetiva y con lenguaje denotativo del aula en la que estás. A continuación haz otra descripción de la misma aula, pero esta vez subjetiva y lo más literaria que puedas, empleando para ello lenguaje connotativo.

Aula con pizarra, pantalla, corcho, mapas, pupitres y sillas
Pixabay/Wokandapix. Salón de clase (Pixabay License)

Léxico variado y especializado

Como hemos dicho, el lenguaje de la exposición debe ser mayoritariamente denotativo. Esto implica contar con el vocabulario necesario para llamar a cada cosa por su nombre exacto. Es decir, debemos armarnos del léxico especializado que requiera nuestro tema para poder tratarlo correctamente. Siguiendo con el ejemplo de la taxonomía de los seres vivos, para elaborar una exposición sobre ella, tendríamos que conocer y emplear los términos de dicha clasificación: organismo, dicotiledonias, vertebrado, equinodermo, vivíparo, etc. Además, como en cualquier texto con una buena expresión escrita, debemos evitar repetir palabras.

Ilustración en blanco y negro de un murciélago
Pixabay/OpenClipart-Vectors. Roedor alado (Pixabay License)

Carácter divulgativo o especializado

Un texto expositivo debe elaborarse con un nivel accesible para un amplio público si su objetivo es ser de carácter divulgativo; es decir, si se pretende dar a conocer información general sobre un tema para que cualquiera pueda hacer una aproximación a la materia sin un excesivo conocimiento previo. Ejemplos de ello son los numerosos ensayos sobre las cuestiones más diversas que ocupan las estanterías de cualquier librería, los artículos periodísticos o enciclopédicos, los libros de texto, etc.

Por el contrario, si la intención es desarrollar algún tipo de manual técnico o dar a conocer detalles complejos sobre una investigación de alto nivel en alguna disciplina, los textos expositivos serán de carácter especializado y, por tanto, no accesibles para quienes no sean ya expertos en la materia. Este será el caso de tesis doctorales, artículos científicos, etc.

A continuación, observa un fragmento de la descripción* que hace el Consejo de Seguridad Nuclear del Gobierno de España de la fisión nuclear en su página web. Podemos apreciar claramente las características de una correcta exposición: estructura ordenada, objetividad, lenguaje denotativo, claridad… Pero ¿entendemos algo? Decide si estás ante un texto divulgativo o especializado:

La fisión nuclear es la reacción en la que el núcleo de un átomo pesado, al capturar un neutrón incidente, se divide en dos o más núcleos de átomos más ligeros, llamados productos de fisión, emitiendo en el proceso neutrones, rayos gamma y grandes cantidades de energía. [...]

Para que se produzca una reacción de fisión en cadena es necesario que  se cumplan ciertas condiciones de geometría del material fisionable y se supere un umbral determinado de cantidad del mismo, conocido como masa crítica. La fisión puede llegar a producirse de forma espontánea, pero es necesaria la existencia de un neutrón que incida con la energía adecuada.

Cuaderno lleno de fórmulas de física
Pixabay/Sandid. Física nuclear (Pixabay License)

*(https://www.csn.es/fision-nuclear)

 

Rasgos lingüísticos de la exposición: ¿Verdad que...?

Lee las siguientes informaciones y di si son verdaderas o falsas.

Pregunta 1

La exposición es un género discursivo que sirve exclusivamente para dar conferencias.

Pregunta 2

Los textos expositivos pueden ser tanto escritos como orales.

Pregunta 3

Las exposiciones son textos generalmente muy extensos.

Pregunta 4

La estructura ordenada en un texto expositivo es clave para lograr presentar ideas con claridad.

Pregunta 5

El principal propósito de un texto expositivo es presentar información de forma clara y objetiva.

Pregunta 6

Argumentar con fundamento tu opinión personal sobre un tema es imprescindible en los textos expositivos.

Pregunta 7

El lenguaje más adecuado al exponer es el denotativo, puesto que son textos de carácter literario.

Pregunta 8

Hay varias formas de organizar la información con claridad en un texto expositivo: con estructuras cronológicas, jerárquicas, de causa-efecto, etc.

Pregunta 9

La objetividad es fundamental en los textos expositivos, por lo tanto se emplean mayoritariamente oraciones impersonales y verbos en tercera persona.

Pregunta 10

Los textos expositivos cuya comprensión resulta accesible para un gran público se llaman "divulgativos".