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¿Por qué el ensayo es "literario"?

La literatura en el ensayo

Los ensayos no son novelas ni forman parte del género narrativo porque no se dedican a contar historias, pero son textos en prosa de carácter literario. ¿Por qué literario? Porque tienen -en mayor o menor medida, dependiendo del estilo y habilidad de su autor- figuras retóricas. ¿Y por qué las figuras retóricas son importantes en los ensayos? Por dos razones poderosas:

  1. En tanto que textos personales y subjetivos, los ensayos están impregnados del estilo de su autor. Es una cuestión de voluntad: al igual que cuidamos la imagen que proyectamos a través de nuestra ropa, un escritor diseña con esmero el vestido de sus textos: quiere firmarlos con su sello, decorarlos a su gusto, que su look le represente... Para un autor, el estilo de su prosa forma parte de su identidad.
  2. La literatura tiene más fuerza expresiva que la literalidad. Las figuras retóricas, propias del lenguaje literario y connotativo, son más expresivas y poderosas que el lenguaje riguroso y objetivo. Ya hemos visto que nuestra cabeza no funciona como un robot, no procesa información de forma racional y lógica, priorizando lo objetivo y descartando lo demás. Más bien al contrario: nuestro cerebro se deja seducir por la belleza, la ironía, el humor, la metáfora... La retórica es el arte de dominar los golpes de efecto del discurso. Por eso, cuando queremos escribir nuestra visión personal sobre un tema -sin ánimo de excesivo rigor científico pero con voluntad de estilo y ganas de seducir al otro-, nada mejor que las figuras poéticas que nos brinda el lenguaje humano para lograrlo.

El estilo importa

Piensa un momento sobre la idea de que hay textos con voluntad de estilo y otros que no. ¿En cuáles de los siguientes esperas encontrar una marca de estilo personal de su autor? ¿Crees que algunos pueden estar en un punto intermedio o, quizá, reflejar el estilo de una empresa o institución en lugar del estilo personal de su autor?

Fotografía del tradicional anuncio luminoso de "Tío Pepe" en la Puerta del Sol de Madrid
Wikimedia Commons/ Carlos Teixidor Cadenas. Tío Pepe (CC BY-SA)
  1. El manual de uso de una lavadora
  2. Una carta de la Agencia Tributaria
  3. Una carta de amor
  4. Una noticia de un periódico
  5. Un anuncio
  6. Una novela
  7. Una columna de opinión
  8. Un poema
  9. Un discurso político
  10. Un ensayo sobre la moda decimonónica

No es lo mismo...

A continuación tienes el comienzo de dos textos que versan sobre la explotación de recursos naturales en América Latina por parte de extranjeros y sus efectos en unos y otros países. Lee ambos y responde:

  1. ¿Crees que uno de los textos es más literario, con más estilo personal que otro? ¿Cuál?
  2. ¿Alguno te parece mas bonito?
  3. ¿Cuál piensas que capta mejor la atención?
  4. ¿Aprecias alguna diferencia en la fuerza expresiva? ¿Crees que uno de los dos impacta con mayor contundencia en el lector? Intenta explicar el porqué.

TEXTO 1

El aprovechamiento de los recursos naturales en Latinoamérica ha constituido una de las actividades relevantes que dio respuesta a las necesidades económicas de los países en la región y fue la base de su crecimiento durante el siglo XX. Esta dinámica de explotación de los bienes primarios se fundamenta en la promoción a las concesiones de proyectos extractivos a empresas trasnacionales, las cuales a través de la inversión extranjera directa (IED) afianzan una mecánica de aprovechamiento y explotación ambiental.

Sin embargo, la presencia de la IED no ha representado un mayor crecimiento para las economías receptoras. Por el contrario, los países de Latinoamérica han incrementado su deuda financiera colocándose en una situación de mayor debilidad al no poder negociar las condiciones bajo las cuales se invierte y, con ello, facilitan la mayor explotación de los bienes primarios de la región. [...]

Aleida Azamar-Alonso y Graciela Carrillo-González. "Extractivismo y deuda ecológica y América Latina". Luna Azul, núm. 45, Universidad de Caldas (2017)

Mina de oro
Wikimedia Commons/ La crónica de Quindío. Mina de oro (Dominio público)

TEXTO 2

Mural de la lucha obrera en Chile
Wikimedia Commons/ Rodrigo Fernández. Mural (CC BY-SA)

Para quienes conciben la historia como una competencia, el atraso y la miseria de América Latina no son otra cosa que el resultado de su fracaso. Perdimos; otros ganaron. Pero ocurre que quienes ganaron, ganaron gracias a que nosotros perdimos: la historia del subdesarrollo de América Latina integra, como se ha dicho, la historia del desarrollo del capitalismo mundial. Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros: los imperios y sus caporales nativos. En la alquimia colonial y neocolonial, el oro se transfigura en chatarra, y los alimentos se convierten en veneno. Potosí, Zacatecas y Ouro Preto cayeron en picada desde la cumbre de los esplendores de los metales preciosos al profundo agujero de los socavones vacíos, y la ruina fue el destino de la pampa chilena del salitre y de la selva amazónica del caucho; el nordeste azucarero de Brasil, los bosques argentinos del quebracho o ciertos pueblos petroleros del lago de Maracaibo tienen dolorosas razones para creer en la mortalidad de las fortunas que la naturaleza otorga y el imperialismo usurpa. La lluvia que irriga a los centros del poder imperialista aboga los vastos suburbios del sistema. Del mismo modo, y simétricamente, el bienestar de nuestras clases dominantes - dominantes hacia dentro, dominadas desde fuera- es la maldición de nuestras multitudes condenadas a una vida de bestias de carga. [...]

Eduardo Galeano. Las venas abiertas de América Latina. Siglo XXI, 2009

Entonces ¿la belleza importa?

Por supuesto que importa, solo que hay bellezas para todo los gustos... Pero aquí no se trata solo de belleza, sino de potencia: de construir imágenes impactantes en la cabeza del otro, de acribillarlo con nuestras palabras, de bombardearlo con sensaciones y emociones. La retórica y la poesía consiguen decir aquello que se sale del diccionario, que no se puede expresar de formas convencionales.

Una vez más, haz el ejercicio de leer dos textos sobre el mismo tema (¿Qué es estar enamorado?) y reflexiona sobre cuál de de ellos logra generar imágenes y sensaciones más poderosas en tu cabeza.

TEXTO 1

Quizá es el tema más constante en la literatura, el cine y el arte en general, y el sentimiento más deseado en nuestras vidas. Todos alguna vez lo hemos sentido, gozado y sufrido pero ¿cómo lo entiende la ciencia? El amor ha dejado de ser exclusivo de los artistas, los filósofos y los enamorados y ha pasado a ser un tema de interés científico dada su importancia en la vida del ser humano. Aunque cada uno de nosotros puede tener su propia definición del amor, desde el punto de vista biológico se le ha caracterizado como un fenómeno integral que involucra nuestro cerebro y nuestros órganos productores de hormonas, como la hipófisis y la glándula adrenal. En el amor participan varios mensajeros químicos que proporcionan una gama de sensaciones que van desde el placer, la euforia, la confianza y la seguridad, hasta la ansiedad, la obsesión y la depresión. Es un fenómeno que incluye patrones conductuales, cognitivos y emocionales característicos.

¿Qué es el amor?, Ignacio Camacho-Arroyo

TEXTO 2

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

Lope de Vega (s. XVI)

El ensayo puede contener, por tanto, características de la exposición como:

  • voluntad de estilo;
  • importancia de la función poética, muy presente en el uso de figuras retóricas como metáforas, símiles, enumeraciones, paralelismos, hipérboles, ironía, polisíndeton, etc;
  • uso de lenguaje connotativo.