La intención comunicativa de un texto expositivo-argumentativo es sencilla de analizar, porque siempre es la misma: persuadir a su interlocutor de una opinión determinada sobre el tema que se trata. Sin embargo, detectar y enunciar correctamente el tema puede ser un reto complicado. Una técnica útil para hacerlo es pensar en él en cuatro pasos:
- Tema-marco o tema general: los textos suelen estar relacionados con grandes temas generales como derechos, arte, ciencia, leyes, igualdad, educación, etc. En el ejemplo que estamos analizando, podríamos decir que el tema-marco son las relaciones sociales virtuales.
- Aspecto concreto del tema-marco: los grandes temas generales del punto anterior son siempre muy amplios. Los textos argumentativos suelen centrarse en algún aspecto más concreto dentro de ellos. En la columna de Sánchez-Mellado, diríamos que trata el aspecto concreto de la superficialidad de las relaciones sociales virtuales.
- Actitud o intención del autor hacia dicho aspecto: en las argumentaciones, los autores quieren convencer al otro de su postura. Dicha postura puede ser una crítica, una defensa, una reivindicación, una simple reflexión, etc. sobre el tema. En este caso, diríamos claramente que estamos ante una crítica.
- Contexto: frecuentemente es relevante aclarar el tiempo, lugar o el colectivo en los que se enmarca nuestro tema, por lo que agregaremos esta información. En la columna que estamos comentando, su contexto son los adultos hoy en día.
Una vez hemos analizado estos cuatro niveles del tema de nuestro texto, podemos armar un rompecabezas perfecto para enunciarlo: crítica a la superficialidad de las relaciones virtuales de los adultos hoy en día.
En relación con lo anterior y conociendo ya las características propias de los textos argumentativos, debemos mencionar y analizar la subjetividad. Las marcas de subjetividad son, como sabes, el uso de la primera persona, el lenguaje connotativo y las expresiones valorativas. Si la primera persona está en plural, es porque el autor, además, está apelando al interlocutor, incluyéndolo.
En este segundo párrafo de nuestro comentario estamos empezando a analizar ya el propio texto y, por lo tanto, debemos ilustrar cada cosa que digamos citando ejemplos entre comillas. Veamos cómo queda:
| Como corresponde a las argumentaciones, su intención comunicativa es persuadir y, por lo tanto, encontramos en ella marcas de subjetividad como el uso de la primera persona ("Mandamos besitos a diestro y siniestro"), lenguaje connotativo ("Nos comemos a ósculos") y expresiones valorativas ("Menudo pavo salvaje"). Con este texto, su autora pretende hacer una crítica a la superficialidad de las relaciones virtuales de los adultos hoy en día. |