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Siglos XIX y XX. El ensayo en España

Siglos XIX y XX. El ensayo en España

Fotografía de una estatua de Emilia Pardo Bazán en la calle Princesa de Madrid
Wikimedia Commons/ Kadellar. Monumenta a Emilia Pardo Bazán (CC BY-SA)

Realistas y naturalistas:
El ensayo como género consolidado bajo tal nombre se generalizará en Europa durante el siglo XIX. En España será un hito fundamental la publicación, hacia final de siglo, de La cuestión palpitante (1883), de Emilia Pardo Bazán. Esta es una recopilación de artículos en una obra concebida como reflexión y difusión de las ideas literarias que corrían por la Europa del Realismo y el Naturalismo, así como de sus manifestaciones en España. Pardo Bazán, una mujer que leyó, visitó y se relacionó con los grandes escritores nacionales y extranjeros del momento, que cometió la rebeldía de separarse de su marido y que nunca dejó de escribir tanto narrativa como ensayo, tuvo que soportar grandes críticas y habladurías, pero también cosechó éxito y fama. A pesar de que escribió novelas de corte naturalista, fue muy crítica con este movimiento por su determinismo vital y su reducción de la vida humana a explicaciones científicas. Veamos un ejemplo de su prosa ensayística, con enorme calidad reflexiva y literaria:

"Existe en el naturalismo, considerado como cuerpo de doctrina, una limitación, un carácter cerrado y exclusivo que no acierto a explicar sino diciendo que se parece a las habitaciones bajas de techo y muy chicas, en las cuales la respiración se dificulta. Para no ahogarse hay que abrir la ventana: dejemos circular el aire y entrar la luz del cielo." (Emilia Pardo Bazán. La Cuestión palpitante, 1883)

Retrato a plumón de Miguel de Unamuno
flickr/ Arturo Espinos. Miguel de Unamuno (CC BY)

Noventayochistas:

La generación literaria de doña Emilia, con autores como Leopoldo Alas Clarín, cultivará el ensayo, pero en menor medida que la narrativa. La posterior, es decir, los escritores de la Generación del 98, se interesarán mucho por este género, pues su actividad intelectual pivota en torno a la preocupación por los problemas de España. Esto se manifestará, sin duda, en su obra narrativa, pero también quedará reflejado en un creciente interés por el ensayo. Destaca Miguel de Unamuno, con algunos textos tan conocidos como En torno al casticismo. Veamos un ejemplo donde explica qué es la intrahistoria, un concepto creado por él mismo:

“Todo lo que cuentan a diario los periódicos, la historia toda del "presente momento histórico", no es sino la superficie del mar, una superficie que se hiela y cristaliza en los libros y registros, y una vez cristalizadas así, una capa dura, no mayor con respecto a la vida intrahistórica que esta pobre corteza en que vivimos con relación al inmenso foco ardiente que lleva dentro. Los periódicos nada dicen de la vida silenciosa de millones de hombres sin historia que a todas horas del día y en todos los países del globo se levantan a una orden del sol y van a sus campos a proseguir la oscura y silenciosa labor cotidiana y eterna, esa labor que, como las madréporas suboceánicas, echa las bases sobre las que se alzan los islotes de la Historia. Sobre el silencio augusto, decía, se apoya y vive el sonido, sobre la inmensa humanidad silenciosa se levantan los que meten bulla en la Historia. Esa vida intrahistórica, silenciosa y continua como el fondo mismo del mar, es la sustancia del progreso, la verdadera tradición, la tradición eterna, no la tradición mentida que se suele ir a buscar en el pasado enterrado en libros y papeles y monumentos y piedras.” (Miguel de Unamuno. En torno al casticismo, 1902)

Novecentistas:

Las publicaciones de ensayos crecerán notablemente a partir del siglo XX y llegarán a su clímax con el movimiento conocido como Novecentismo. El primer tercio de este siglo fue un momento de esplendor de las artes y las ciencias en nuestro país y, por ello, se lo conoce como la Edad de Plata de la cultura española. El ensayo será cultivado por filósofos como Ortega y Gasset, escritores como Gabriel Miró, científicos como  Gregorio Marañón o políticos como Manuel Azaña. Pensemos, además, que, durante este tiempo, convivirán y escribirán varias generaciones de autores: modernistas, noventayochistas, vanguardistas, novecentistas y la Generación del 27. Es una época floreciente para el pensamiento y, por ello, el género ensayístico vivirá un enorme impulso.

Sin embargo, recordemos que todo ello se da en contexto político convulso y de creciente crispación que terminará en la Guerra Civil (1936-1939). Los temas políticos y estéticos continuarán muy presentes en los autores. Veamos cómo el problema de España sigue siendo permanente objeto de reflexión:

Fotografía de Ortega y Gasset
flickr/ Rafael Robles. Ortega y Gasset (CC BY)

¿No es un cruel sarcasmo que luego de tres siglos y medio de descarriado vagar, se nos proponga seguir la tradición nacional? ¡La tradición! La realidad tradicional en España ha consistido precisamente en el progresivo aniquilamiento de la posibilidad España. No, no podemos seguir la tradición. Español significa para mí una altísima promesa que sólo en casos de extrema rareza ha sido cumplida. No, no podemos seguir la tradición; todo lo contrario; tenemos que ir contra la tradición, más allá de la tradición. De entre los escombros tradicionales, nos urge salvar la primaria sustancia de la raza, el módulo hispánico, aquel simple temblor español ante el caos. Lo que suele llamarse España no es eso, sino justamente el fracaso de eso. En un grande, doloroso incendio habríamos de quemar la inerte apariencia tradicional, la España que ha sido, y luego, entre las cenizas bien cribadas, hallaremos como una gema iridiscente, la España que pudo ser.

Para ello será necesario que nos libertemos de la superstición del pasado, que no nos dejemos seducir por él como si España estuviese inscrita en su pretérito. Los marinos mediterráneos averiguaron que sólo un medio había para salvarse del canto mortal que hacen las sirenas y era cantarlo del revés. Así los que amen hoy las posibilidades españolas tienen que cantar a la inversa la leyenda de la historia de España, a fin de llegar a su través hasta aquella media docena de lugares donde la pobre víscera cordial de nuestra raza da sus puros e intensos latidos. (José Ortega y Gasset. Meditaciones del Quijote, 1914)

ACTIVIDAD

A continuación tienes el comienzo y el final del último discurso de Manuel Azaña como presidente de la Segunda República. Fue pronunciado en el Ayuntamiento de Barcelona el 18 de julio de 1938, es decir, dos años después del comienzo de la Guerra Civil. ¿Podríamos decir que tiene rasgos similares a los de un ensayo? Justifica tu respuesta comentando el texto.

Collage de fotografías de la Guerra Civil y su destrucción
Wikimedia Commons/ Barbudo Barbudo. Destrucción de la Guerra Civil (CC BY-SA)

La guerra civil está agotada en sus móviles porque ha dado exactamente todo lo contrario de lo que se proponían sacar de ella, y ya a nadie le puede caber duda de que la guerra actual no es una guerra contra el Gobierno, ni una guerra contra los gobiernos republicanos, ni siquiera una guerra contra un sistema político: es una guerra contra la nación española entera, incluso contra los propios fascistas, en cuanto españoles, porque será la nación entera quien la sufra en su cuerpo y en su alma. [...]

Yo creo que si de esta acumulación de males ha de salir el mejor bien posible, será con este espíritu, y desventurado el que no lo entienda así. No voy a aplicar a este drama español la simplísima doctrina del adagio de que “no hay mal que por bien no venga”. No es verdad. Pero es obligación moral, sobre todo de los que padecen la guerra, cuando se acabe como nosotros queremos que se acabe, sacar de la lección y de la musa del escarmiento el mayor bien posible, y cuando la antorcha pase a otras manos, a otros hombres, a otras generaciones, que les hierva la sangre iracunda y otra vez el genio español vuelva a enfurecerse con la intolerancia y con el odio y con el apetito de destrucción, que piensen en los muertos y que escuchen su lección: la de esos hombres que han caído magníficamente por una ideal grandioso y que ahora, abrigados en la tierra materna, ya no tienen odio, ya no tienen rencor, y nos envían, con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: Paz, piedad, perdón. (Manuel Azaña, "Paz, piedad, perdón". 1938)

Lista desordenada

Ordena cronológicamente movimientos literarios, títulos y autores clave para el ensayo contemporáneo español.

  • Realismo y Naturalismo
  • "La cuestión palpitante" de Emilia Pardo Bazán
  • Generación del 98
  • "En torno al casticismo" de Miguel de Unamuno
  • Novecentismo
  • "Meditaciones del Quijote", de José Ortega y Gasset
  • Discurso "Paz, piedad, perdón" de Manuel Azaña

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