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3. Introducción de las vanguardias históricas europeas en España. Ramón Gómez de la Serna

Introducción

Muñecos de colores en movimiento
Pixabay / Marco_Pomella. Movimiento colorido (Pixabay License)

La historia de la Literatura occidental ha estado marcada por los vaivenes de movimientos artísticos que intentaban seguir una u otra forma de reproducir la tradición: el apego a los clásicos grecolatinos o su "rechazo" (entre comillas, porque siempre ha habido influencia en mayor o menor medida). El novecentismo o generación del 14 ya introdujo una nueva visión para enfrentarse a los temas de los que se ocupaba la Literatura española; sin embargo, no es hasta la irrupción de las vanguardias cuando el choque con la tradición es frontal. Los vanguardistas entienden el mundo del arte de una forma deshumanizada totalmente (concepto ya estudiado en el novecentismo), que quiere romper con todo lo que se había hecho hasta el momento. Pretende, incluso, desafiar las leyes más básicas de la lógica artística.

España no es ajena a estos movimientos que afectan a todas las artes, entre ellas, la Pintura y la Literatura, que surgen en Europa. Algunos de ellos son el futurismo, el cubismo, el dadaísmo, el surrealismo o el expresionismo, en torno a las dos primeras décadas del siglo XX. Su introducción afectará a los autores españoles del momento tanto que modificarán la forma de hacer sus obras y algunos llegarán a crear su propio estilo dentro de este movimiento transgresor. El ultraísmo, el creacionismo, así como la propia versión del surrealismo, serán las manifestaciones que más arraiguen en nuestra literatura.

Este recurso es el tercero del itinerario "La literatura española del primer tercio del siglo XX" y está diseñado para 4.º E.S.O. Nos sirve de introducción a las siguientes etapas del itinerario, en las que nos centraremos en el conocido como "grupo del 27". La importancia de este grupo de escritores no se entiende sin la introducción de las vanguardias históricas europeas en España y la importancia de figuras como la de Ramón Gómez de la Serna.

La secuencia está pensada para ser implementada en dos sesiones de trabajo de aula, aunque es fácilmente adaptable a las circunstancias o al ritmo de cada grupo.