El ultraísmo aparece bajo la influencia de las vanguardias históricas europeas que desde la década anterior estaban enfrentándose a la literatura anterior. Se fragua en el Café Colonial de Madrid, pero no es hasta 1918 el momento en el que aparece su Manifiesto. Como su propio nombre indica, "quiere ir más allá" de lo que hasta el momento habían conseguido el novecentismo y las otras vanguardias.
Este movimiento aparece bajo la influencia de Vicente Huidobro y el liderazgo de Rafael Cansinos Assens. Es una vanguardia aglutinadora de las otras vanguardias precedentes, ya que se ve influida por todas ellas: del dadaísmo rescata las imágenes ilógicas; del futurismo, la admiración por las máquinas; del cubismo, la especial tipografía y el gusto por las formas geométricas. También es un movimiento antirromántico y antisentimental, como el surrealismo. En cuanto a la forma, hay que destacar que apuesta por el verso libre, como los otros movimientos de vanguardia.
Podemos señalar como poetas ultraístas destacados al argentino Jorge Luis Borges, a Guillermo de Torre o a Lucía Sánchez Saornil.