El surrealismo es el movimiento de vanguardia que más influyó en la Literatura del siglo XX. En concreto, fue el que más seguidores tuvo entre los miembros del "grupo del 27". Esta vanguardia cambió la forma de concebir el mundo y fue una verdadera revolución de intenciones en el plano espiritual. No solo pretende una revolución estética, sino integral. Por este motivo, muchos de sus seguidores son anarquistas.
El francés André Breton escribió su Manifiesto, que fue publicado en 1924. En él, se basa en que los verdaderos principios del ser humano están en el subconsciente, en el mundo de los sueños. Por ello, el humano real se encuentra ahí, en los movimientos involuntarios, en los deseos más recónditos, inconscientes. Pretende una liberación total del ser humano.
Aboga por la escritura automática, la escritura sin pensar para lograr que aflore el mundo interior sin la intervención a modo de filtro de la razón y la tradición. Por supuesto, este pensamiento no sería posible sin los postulados de Sigmund Freud sobre el psicoanálisis.
Los artistas españoles viajaban a la capital cultural del mundo del momento, París, y allí entraron en contacto con algunos autores surrealistas. Esta vanguardia fascinó a muchos jóvenes escritores y pintores y esto hizo que su difusión fuera rápida. No hay que olvidar que la publicación de La deshumanización del arte (1925), de José Ortega y Gasset, gran ensayista y filósofo del momento, favoreció esta atracción por la vanguardia, ya que él proponía la creación del arte sin elemento humano.
En pintura destacaron Salvador Dalí, Joan Miró y Maruja Mallo; en el cine, Luis Buñuel; y en poesía, Juan Larrea, José María Hinojosa, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda y Vicente Aleixandre, entre otros.
Es un movimiento que ha tenido en la cultura hispánica tanta trascendencia que una escritora argentina de los años 60 del siglo XX, nacida en 1936, es conocida por sus poemas surrealistas. Se trata de la gran poeta Alejandra Pizarnik. Un ejemplo de esta poética y sus características puede verse en el siguiente fragmento de su poema "Cenizas":
La noche se astilló de estrellas
mirándome alucinada
el aire arroja odio
embellecido su rostro
con música.
Pronto nos iremos
Arcano sueño
antepasado de mi sonrisa
el mundo está demacrado
y hay candado pero no llaves
y hay pavor pero no lágrimas. [...]
Alejandra Pizarnik. La última inocencia. Lumen