Nació en Madrid en y murió en Buenos Aires en el exilio. Como Juan Ramón Jiménez y otros poetas, vivió dedicado al oficio de escritor. A él el mundo y la realidad le resultaban "un circo grotesco", a los que solo podía enfrentarse a través del humor. Por ello, no está de acuerdo con las convenciones de la cultura e intenta romperlas constantemente (famosa es la conferencia que dio vestido de torero). Lo extraño o lo provocativo definen la inspiración en la que basa su obra. Ramón es, por ello, la "vanguardia personificada", la "encarnación del espíritu de vanguardia".
En España fue el principal impulsor de las vanguardias y lo hizo en el Café Pombo, organizando una tertulia, y a través de su revista Prometeo.
Sus greguerías son sus producciones más conocidas, que el mismo escritor definió como la unión de metáfora más humor. Suelen ser breves y muy concisas y relacionan realidades imaginarias y reales de forma sorprendente. Se basan en comparaciones, metáforas y frases hechas.
También es conocida en la obra de Ramón su novela El torero Caracho, en la que se realiza una parodia-distorsión de la fiesta de los toros.