El término "vanguardia" proviene de la expresión del léxico militar francés "Avant garde", que significa "en primera posición". Quien está en esta posición se opone a todas las demás, se enfrenta a ellas. Ese es el espíritu de las vanguardias artísticas que se dan en Europa a principios del siglo XX: la lucha o separación con todo lo realizado anteriormente, la radical transformación del concepto tradicional de arte en general, y de literatura en particular.

Las vanguardias históricas europeas, movimientos que se reflejan en todas las artes (pintura, literatura, cine, arquitectura, música...), se posicionan en contra de los valores de la tradición literaria. Las más conocidas y las que más influencia tuvieron en diferentes artes son: futurismo, cubismo, dadaísmo, surrealismo y expresionismo. Como veremos, cada una tiene sus peculiaridades, pero todas comparten unas características comunes. Podemos destacar las siguientes:

• Enfrentamiento a la tradición artística y cultural del pasado y propuesta de un cambio radical.
• Formación de grupos de artistas, elaboración de manifiestos con los principios del movimiento y publicación de obras en los mismos espacios, como revistas literarias.
• Separación de la imitación de la realidad y rechazo de la narración. La obra debe crear una realidad nueva, independiente, válida en sí misma. Aunque hubo algunas novelas, las vanguardias se reflejan, sobre todo, en la poesía y el teatro.
• Rechazo de lo subjetivo y de la lógica. Por ello, se destaca la importancia del juego y de los sueños, como elementos que ayudan al azar, a la arbitrariedad y lo irracional.
• Deseo de cambio, renovación y experimentación: innovación en la forma y en el tratamiento de los temas (incorporación de palabras nuevas, efectos visuales, verso libre...).
• Fascinación por lo nuevo: avances tecnológicos, nueva configuración de las ciudades (rascacielos), el cine, el automóvil, el teléfono, el avión... Estas novedades serán incorporadas a las obras artísticas.