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Consecuencias de la Revolución de 1905

Rusia entre 1905 y 1917

Los sucesos de 1905 concluyeron con la promulgación del Manifiesto de Octubre por parte del zar Nicolás II. Este decreto imperial convertía a Rusia en una monarquía parlamentaria, estableciéndose la Duma como asamblea con poder legislativo. Además, el documento garantizaba ciertos derechos y libertades a los súbditos rusos. Sin embargo, el zar se reservó el poder de disolver la Duma elegida democráticamente, y también el derecho de veto sobre las leyes propuestas por ese organismo. Por último, cabe destacar la sustitución, en 1906, del sufragio universal por el censitario, así como el progresivo recorte de libertades civiles acaecido a partir del año siguiente.

A nivel económico, se intentaron una serie de reformas para modernizar la agricultura (como el reparto de tierras), que también fracasaron. La consecuencia fue que los campesinos empobrecidos y sin tierras emigraron a las ciudades, y los kulaks se enriquecieron aún más con la compra de estas tierras.

Reunión política de obreros en la fábrica Putilov, circa 1917
Wikimedia Commons/Williams, Albert Rhys. Reunión política de obreros en la fábrica Putilov, circa 1917 (Dominio público)

En octubre de 1905, se fundó el Partido Democrático Constitucional, conocido como KD; de ahí que sus miembros fueran llamados kadetes. De ideología liberal y dirigido por el historiador Pavel Miliukov, esta agrupación demandaba que Rusia se convirtiese en un sistema parlamentario similar al de Francia o Reino Unido. Para los restantes partidos políticos revolucionarios, las reformas de 1905 fueron totalmente insuficientes. Bolcheviques, mencheviques y eseritas seguían esperando la auténtica revolución socialista, si bien la concebían de formas distintas.

A toda esta situación, se ha de añadir un suceso clave en el camino hacia las revoluciones de 1917: la entrada de Rusia en la Primera Guerra Mundial dentro del bando de la Entente.