En el año 1921, Lenin mostraba claros síntomas de agotamiento y enfermedad. No en vano, tres años antes había sufrido un atentado y, aunque sobrevivió, una de las balas seguía en su cabeza. Su estado de salud fue empeorando, hasta que, en enero de 1924, el dirigente soviético sufrió un accidente cardiovascular que le provocó la muerte. Su cuerpo fue expuesto en un mausoleo en la Plaza Roja de Moscú, donde continúa en la actualidad.
La sucesión de Lenin provocó una batalla interna en la que destacaron Trotski y Stalin. El primero de estos había sido el organizador del victorioso Ejército Rojo, pero no disponía de tantos apoyos dentro del Partido Comunista como el segundo. Además, Stalin era el Secretario General desde 1922. Al parecer, en sus últimos momentos, Lenin mostró su deseo de apartar a Stalin del poder.
A nivel político y económico, las diferencias entre estos dos personajes eran estas:
Trotski
- Exigía una auténtica democracia obrera.
- Pedía la libertad de expresión.
- Quería abandonar la NEP y aumentar la estatalización de la economía.
- Defendía la revolución permanente y mundial.
Stalin
- Era partidario de la burocratización del régimen (que muchos cargos importantes fueran designados y no electos).
- Defendía la política del socialismo en un solo país, la URSS.
Finalmente, el Partido Comunista confirmó a Stalin en su cargo. En teoría se creó un triunvirato, formado por este, Kamenev y Zinoviev, para tomar las decisiones importantes. Pero poco a poco Stalin fue relegando a sus dos camaradas. Trotski fue desplazado y, en 1925, destituido de sus cargos en el Partido. En 1927 él, Kamenev y Zinoviev fueron expulsados. Dos años después Trotski fue desterrado del país, refugiándose en México, donde murió asesinado por orden de Stalin en 1940. Su asesino fue Ramón Mercader, un comunista español a sueldo de Moscú, que mató a Trotski con un piolet.