La Guerra Ruso-Japonesa (1904-1905)
En 1904, Rusia y Japón chocaron en Asia, concretamente en la zona de Manchuria. La ambición de los rusos era controlar ese territorio, clave para desarrollar el comercio y transporte; mientras que los japoneses pretendían dominar el norte de China. De hecho, ambos ansiaban el estratégico puerto de Port Arthur. Fue así como, en febrero de 1904, Japón atacó a Rusia, dando inicio así al conflicto bélico. Tras varias victorias contundentes de Japón sobre el ejército y la armada rusos (los japoneses destruyeron las flotas rusas del Pacífico y del Báltico), ambas potencias firmaron la paz en el Tratado de Portsmouth (septiembre de 1905). En virtud de ese acuerdo, Rusia perdió varios territorios, abandonó Manchuria y reconoció la influencia japonesa sobre el territorio coreano.
La derrota en la guerra de una potencia europea (Rusia) frente a un país considerado inferior (Japón) supuso un cataclismo. A los problemas que arrastraba Rusia desde años atrás, se añadía ahora más deuda, empobrecimiento económico, y una dura derrotado militar