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El asesinato de la familia imperial

 

Este hecho sucedió el 16 de julio de 1918. Para el gobierno de Lenin, el hecho de que la familia imperial siguiese viva suponía un problema, porque podía aglutinar movimientos de resistencia que reclamasen la vuelta de la monarquía. 

La familia Romanov al completo en 1913.
Wikimedia Commons/Boasson and Eggler. Familia Romanov en 1913 (Dominio público)

Después de las revoluciones de 1917, la familia imperial se encontraba en la casa Ipátiev, en la ciudad de Ekaterimburgo (cerca de los Urales), junto con algunos sirvientes de confianza. Si bien encerrado y bajo un régimen de estricta vigilancia, Nicolás II continuaba con vida, lo que suponía un problema para los bolcheviques. No en vano, el zar y los suyos podían aglutinar movimientos de resistencia que reclamasen la vuelta de la monarquía. De ahí que el soviet de Ekaterimburgo ordenase la ejecución de todos ellos el 16 de julio de 1918.

A día de hoy, no se sabe con seguridad si la decisión la tomó Lenin, Trotski o algún miembro importante de su gobierno, o si, por el contrario, fue iniciativa del soviet local. La realidad es que en el sótano de la casa Ipátiev fueron fusilados Nicolás, Alejandra, las archiduquesas y el zarévich Alexis. 

https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ipatyev_house_basement.jpg
Wikimedia Commons/Anónimo. Sótano de la casa Ipátiev, circa 1919 (Dominio público)

A modo de curiosidad, comentar que el asesinato duró más de lo esperado. Esto fue así porque la zarina y sus hijas llevaban, en dobleces cosidos de sus vestidos, joyas que pesaban casi 8 kilos. De esta forma, estas evitaron que las balas les mataran en un primer momento.