Los últimos siglos de la Edad Media y la reivindicación de las lenguas vernáculas
Durante este periodo histórico se producirá un giro fundamental para muchas de las lenguas romances, que hasta ese momento habían estado relegadas al uso oral y consideradas no aptas para la escritura y la cultura. Como sabemos, para ello, se empleaba el latín.
Sin embargo, durante los últimos siglos de la Edad Media, coincidiendo con movimientos culturales similares que podemos englobar bajo el concepto de Renacimiento (Renacimiento alfonsí, Trecento, Quattrocento, etc.), este estatus va a cambiar en muchos reinos en los que los monarcas decidirán reivindicar sus idiomas propios.
En este sentido, para el castellano será fundamental el reinado de Alfonso X el Sabio, un rey que se ganó su digno sobrenombre por el gran trabajo histórico, jurídico, lingüístico, literario y científico que promovió en Castilla durante el siglo XIII, continuando y ampliando una labor que habían iniciado sus antecesores. Los centros de estudio que sostuvo el rey sabio fueron de enorme trascendencia por muchas razones, entre ellas estas dos:
- Tradujeron un volumen enorme de los conocimientos generados en los pueblos mediterráneos desde la Antigüedad, de tal manera que los avances fundamentales de la cultura grecolatina, musulmana, hebrea y cristiana se compilaron en latín, la lingua franca de Europa en aquel momento. Es decir, con estas traducciones, se logró que toda la sabiduría del mundo conocido fuera accesible.
- Escribieron distintas obras en romance, tanto en castellano como en galaico-portugués. Es, por tanto, el origen de la prosa en estas lenguas, que hoy son el español, el gallego y el portugués.
El detalle bonito de esta historia es que estas escuelas de traducción y escritura fueron posibles en la Castilla medieval porque cohabitaban sabios cristianos, judíos y musulmanes que, si bien trabajaban normalmente traduciendo entre latín y hebreo y árabe clásicos, podían entenderse entre ellos precisamente porque hablaban en las lenguas vernáculas que había en la península.