Fuimos romanos
Como sabemos, los romanos llegan a la península ibérica en el siglo III a.C. Hispania se convirtió en una de la provincias más prósperas e importantes del Imperio romano y su romanización fue casi absoluta. La excepción más notable de este proceso de asimilación cultural fue la conservación del vasco como lengua vernácula en algunas zonas del norte.
Ya hemos señalado en recursos anteriores que la lengua común que llegó a las personas de estas tierra no es la de los grandes clásicos de la literatura latina, sino el latín vulgar: una variedad que, sin duda, se parece más a nuestro español actual de lo que se parecen los textos que escribieron Julio César, Cicerón, Virgilio o Tito Livio. El latín vulgar -que era lo que hablaba la gente y no la lengua literaria- es nuestra verdadera madre lingüística y el tronco central del léxico y la gramática del castellano.
¿Cuáles son algunos de los cambios típicos de palabras latinas al evolucionar al castellano? Vamos a ver 5 muy abundantes y característicos:
- Palabras que terminan en -us/-um evolucionan a -o: amicus → amigo
- Las diptongaciones e → ie y o → ue: terram → tierra; portam → puerta
- Palabras que pierden la f inicial: facere → hacer
- Sonorización de p, t, k en b, d, g cuando van entre vocales: populum → pueblo; mater → madre; ficus → higo.
- Pérdida de sonidos finales, como la e de los infinitivos (aprire → abrir) o la m en ejemplos como filium → hijo.